sábado, 29 de mayo de 2010

CONCLUSIONES

Hoy más que ayer, es evidente que ninguna estrategia de negocios puede construirse sobre análisis o información poco confiable y por lo tanto el verdadero estratega no puede depender únicamente de las cifras y estadísticas.

La estrategia no se concibe para escenarios poco cambiantes, donde los competidores no reaccionan o donde no existen imprevistos. Si así fuera, la estrategia sería un asunto meramente administrativo, pero no lo es porque no es algo predecible, cuantificable o controlable. La Gerencia Estratégica como todo acto humano necesita raciocinio y constancia, máxime cuando se considera un modo esencial de pensamiento y acción empresarial que vincula continuamente la capacidad de la organización a su entorno, permitiendo una creación del futuro en escenarios continuamente cambiantes e inestables. Los factores estratégicos son, pues el eje de las posibilidades de la elección de la gerencia ante el riesgo.

Son esos escenarios y factores cambiantes los que exigen un proceso posterior de seguimiento de las acciones empresariales, que evalúe periódicamente sus resultados, objetivos y metas. No solo en las grandes empresas, sino también en las medianas y hasta las pequeñas. La relación entre el pensamiento y acción debe cumplirse no solo en la planificación de la empresa, sino también en la toma de decisiones.

En conclusión, los Directivos Modernos deben estar capacitados para que todas sus acciones tengan un buen resultado, ya que sus planes fueron aplicados sin margen para la improvisación.

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